lunes, 26 de enero de 2015

Te pido tan solo que seas consecuente...

 Vi una película dos veces, o dos películas una vez. La magia de ver largometrajes en distintos momentos de nuestra vida, es poder encontrarles distinto significado. 
 "Las novias de mis amigos". Nada super innovador, tal vez solamente una serie de clisés varoniles pegados en un video de hora y media. Pero lo poco innovador, a veces puede ser revelador. Porque la esencia de lo que se repite es que, a veces, lo dejamos de leer; y perdemos detalles importantes. 
 Tres amigos, una promesa de soltería para "disfrutar" un momento que solamente se genera cuando los astros se alinean. Veinteañeros que rozan los treinta, y están solteros todos al mismo tiempo. Todos super potros y exitosos, detalle que no se da ni cuando los astros se alinean en nuestro mundo. 
 Y uno de estos "amigos" define un momento mágico que está dando vuelta en varios de mis chats activos. El "SO" moment. En castellano no es tan sintético porque aunque el momento del "Entonces" quedaría más lindo y concreto, la frase suele ser más larga. Algo así como un "Hablemos de nosotros". 
 Es divertido pensar que esta película es una ventana a la mente masculina. Y, tal vez lo sea. Mi psicóloga dice que la mayoría de los hombres son "más simples". No hay nada oculto en un like, no hay segundo sentido en una afirmación, un silencio o un regalo. Son, lo que son. 
 Esta película no es un clisé. Es un eye opener. Los hombres no quieren "SO" moments. Cuando se llega al "Entonces (¿cómo sigue?¿qué somos?)", la mayoría de las veces se llega al final del camino. Porque, donde nosotras esperamos algo de luz en la ruta, esclarecer un futuro o encontrar una respuesta, ellos solo oyen "Entonces", y no entienden nada. 
 No entienden cuándo la situación fue propicia para que se generara el momento del "entonces", no entienden cómo algo que nunca empezó se puede acabar. Porque donde nosotras implantamos mariposas en pseudorelaciones que se extienden en semanas, ellos no implantan nada. Entonces te hacen un halago, te regalan un "ok", intentan extender el intercambio algunas semanas más; y después...nada. Donde vos terminaste una pseudorelación, ellos insertaron un signo de interrogación. 
 Nosotras necesitamos empezar y terminar cosas. Lo hacemos con "SO" moments o sus análogos: "En qué andás?" "Hace mucho no sé de vos", "Entonces", "Necesito hablar con vos", "Que somos". Siempre escondiendo la eterna pregunta que solo quiere saber qué quiere el otro de uno. 
 Creo que lo bueno de películas escritas por hombres, es tener la perspectiva de lo que realmente piensan y no de lo que nosotras pensamos que piensan. Porque no se acuestan pensando cómo sorprenderte el día que sigue, qué lindo es tu pelo o que el día anterior tenías un blazer nuevo. Ellos piensan que pensamos como ellos. Tal vez ni siquiera eso, no pueden ni concebir cómo pensamos. 
 En parte les doy crédito, porque pensamos de formas muy complejas, rebuscadas y únicas. Muchas de las películas escritas por mujeres para mujeres u hombres, son incomprensibles. Basta remontarse a la simple idea de que alguien en el mundo pueda querer que lave los platos porque él quiere lavar los platos, para entender el tremendo universo de confusión que implantamos en su cerebro. Y es que probablemente cuando lave los platos, te moleste que tarde o lo haga con agua fría. 
 Ellos ponen un like, mandan un mensaje a las 5 am, compran un collar de Isadora. Nosotras leemos que les gustó esa foto porque pensaba en nosotras, porque le gusta tu pelo y quiere que le hables. Leemos que no puede dormir porque se acuerda de una (yeah right) o que sabe que el largo de ese collar va con las proporciones de tu cuello y combina con la mayoría de nuestros relojes. 
 Pero no es así. Puso el like porque tu foto estaba en la cadena de fotos del home de instagram, porque le gusta la montaña de fondo y, acto seguido, le puso un like a una foto de un mono disfrazado, al ganador de un premio nobel y a una foto del hijo de Messi. Te mandó un mensaje a las 5 am porque ese fue el horario en el que tuvo tiempo y, sobre tu pelo, no saben lo que es el frizz, ¿ergo? no distinguen los días buenos de tu mundo capilar. 
 Seguimos leyendo entre líneas, donde no hay espacios para leer y generando "SO" moments que no hacen más que espantarlos. Tal vez esos momentos, no sean más que un radar de que una historia se termina. Tal vez haya que ser más sutiles y entender que, si se llega al "Entonces", se llega al final. 
 Porque digo, si son tan simples y consecuentes en su simpleza; si ponen like donde les gusta algo, no tendrías por qué llegar al "SO", simplemente te lo harían saber. 
 Creo también, que hay que ser consecuentes después del "Entonces". Podríamos aprender mucho del no escribir entre líneas, y dejar también nosotras de agendar contactos que se hacen amigos del Campari los sábados, cuando remontamos "Entonces" añejos, porque seguimos sin entender la simpleza de mensajes que no son señales. 
 Ser claras, concisas y directas tiene que ser una meta del 2015.
 Creo que encontré algo que les envidio a los hombres pero, hasta que Jazmín Chebar haga ropa masculina, me quedo con mi género. 

Jaque al Rey...

            Hace tiempo empecé a experimentar una sensación. De esas que nacen del medio del esternón y te contraen como si fueras a echar...