viernes, 31 de mayo de 2013

No me importa quién es el malo y quién el bueno

¿Vieron cuando los bebés entran en esa etapa donde hablan su propio dialecto y las mamás le dan un sentido? Dicen cosas como "gjruuagnldrn" y la madre dice "Quiere que le pases el cuentito". Y uno asiente porque, aunque tal vez el nene no sabe qué quiere, el significado que el otro le da a eso lo termina convirtiendo justamente en ESO: Un significado. Quiere el cuentito el pibe.
Bueno así me siento. Alguien no sabe lo que quiere, y yo tengo esa necesidad de darle un significado. Pero no quiere el cuento. Si lo pongo en palabras, no sabe lo que quiere.
Me preguntan por qué tengo la necesidad de analizar esta situación. Lo necesito porque no soy Ingeniera Industrial, soy Psicóloga. Lo necesito porque para poder pararme entera, necesito entender qué pasó en este lugar.
Pasó un Acting out. Un Sujeto que apareció en escena porque no pudo poner en palabras lo que le pasa. Actuar es más fácil que pensar. Pero esos actos van dirigidos a alguien más. Si yo tengo que encarnar ese otro lado, entonces le voy a poner palabras al acto.
Vivir en automático es no poder lidiar con lo que nos pasa. Pero lo que nos pasa siempre busca formas de aparecer. Ya le puse palabras a esta aparición, de ahora en más voy a ponerle palabras a lo que me toca a mí.
Es muy difícil transitar la vida con gente que habla el dialecto de los bebés. ¿Hay alguien cerca que hable el dialecto adulto?
Empecé mi blog preguntándome por qué a los hombres les tocó la parte genial de poder pensar en "nada". Los envidio. Por un día me gustaría ser hombre y pensar en NADA.
Quiero mirar el horizonte y pensar en el sistema de audio. Pero no puedo. Veo el sistema de audio y pienso en música, después pienso en un músico, después en Reik y termino en una canción que refleja lo que me pasa.
¿Alguna de ustedes puede?¿Pueden abstraerse de todo? 
¿Por qué me obsesioné con Reik? ¿Por qué no traje mi cartera dorada? ¿Por qué no como milanesas desde el viernes? ¿Por qué duermo al lado de cuatro almohadones?
Hace unos meses el universo se complotó y por alguna extraña razón terminé en una sesión de meditación con un maestro de yoga chileno (I know, super weird). Era como Gandalf el Blanco y lo primero que pensé fue: "Pensá algo triste para no reírte porque esta gente se lo toma en serio. Aparte es la ocasión ideal para tu nuevo Jumpsuit deportivo". 
Cuando Gandalf habló, me olvidé de mi jumpsuit. Dijo algo así como que era momento de dejar ir todo, de concentrarse en lo que a uno le pasa en ese momento y no disipar la energía pensando en todos esos lugares y momentos ajenos. Supuestamente si uno se aferra a algo, se pierde a uno mismo.
El mago Blanco me dio esperanza. Y a la esperanza le siguió desesperanza. Porque soy obsesiva; las utopías son para estos hechiceros de la meditación. Yo energizo mi pensamiento y pienso en círculos. Yo me aferro como si este fuera el ULTIMO JEAN DE JAZMIN CHEBAR EN EL MUNDO.
Sea como sea algo está pasando. No me levanto sabiendo lo que voy a cenar, no limpio sin control, no sé qué me voy a poner mañana a la noche y mucho menos sé qué va a ser de esta historia.
¿Gandalf no querrá ser mi nuevo terapeuta? Si lee este blog, lo dudo.


miércoles, 29 de mayo de 2013

No sé cómo retroceder.

Alguien mencionó ayer los libros "Elige tu propia aventura". Preguntó si me acordaba. No solo me acuerdo, sino que eran una de mis colecciones preferidas.
Aunque muchos no lo crean, fui una niña muy lectora. Mis series preferidas eran todas las de R.L. Stine: La calle del terror, Escalofrios. Tenía cerca de 30 libros de él y hasta me inspiró a escribir mis propias historias de "terror" a los 8 años.
Tenía muchos libros de la colección "Elige..." y los leí todos varias veces seguidas. ¿Saben por qué los leía una y otra vez? Porque moría.
Me pregunto si mi afición por el terror tuvo que ver con mis muertes súbitas en estos cuentos. Tal vez era demasiado aventurera. Tal vez estaba acostumbrada a esa calle del terror donde el que se aventuraba no perdía nada.
La vida es como estas aventuras donde hay que elegir. Por ahora no hay yetis, mosqueteros o piratas; pero últimamente me encuentro con curvas de muerte súbita otra vez.
A diferencia de la época en la que tenía 8 años, hoy, ahora, ya; no quiero releer o revivir ciertas historias. ¿Qué quiero hacer? Quiero ver "Sex and The city" y comer cheetos.
Por ahí estos libros, lejos de prepararnos para la vida, nos hicieron creer que hay vuelta atrás en todas nuestras decisiones. La realidad es que no la hay. Si entraste en la cueva, ENTRASTE EN LA CUEVA; y si te comió el yeti, TE COMIÓ EL YETI.
En la realidad a veces el otro no nos da opciones y nos manda directo a la cueva. Qué bronca ¿no?
Últimamente siento que me fatalitycearon. O sea, que me hicieron una fatality a lo Mortal Kombat.
Ayer me di cuenta que seguía en la aventura de otro. Mientras veía el partido de Boca y comía fugazza rellena, supe que seguía en las opciones de alguien más.
Entonces miré el plato, miré la tele y no me vi a mi. Y pensé dos cosas: La primera es que aunque quiera no puedo odiar a Boca, porque en el fondo siempre va a ser Boca (Metaphorically speaking). La segunda es que necesito volver a terapia y elegir mi propia aventura.

Vivo en peligro de caer.

Cruzando la 9 de Julio pensaba: Creo que tendrías que enamorarte de vos misma.
Entonces se me ocurrió que por primera vez en mi vida Lord Voldemort (Mi Superyó), está de mi lado. Por primera vez no me culpa de nada, ni me hace sentir que tendría que hacer las cosas de otra forma.
Enamorarse de uno. ¿No sería genial? Mismo gusto en ropa, series, humor, comida. Bueno, sí, sería medio aburrido eventualmente.
Sea como sea, el mensaje de Lordie es que, aunque me viva atormentando, valgo.
Y entonces me puse a pensar en la vida y las relaciones que establecemos.
Mi pensamiento es más caótico de lo que parece (Sí, MUCHO MÁS), pero cuando hago insight todo cae en su lugar. Bueno, por unos segundos.
Hace poco hice un viaje. Un trayecto a un lugar soñado que podría haber tomado 8 horas en un vuelo directo, a mí me tomó 24 Hs.
Me preparé con todo lo que tenía: Ilusiones, lo que pensé que necesitaba y ganas. Empecé mi viaje entusiasmada.
Ahora, ¿qué pasaría si no supiéramos que ese es un viaje con escalas y que vamos a un lugar mejor?. Nos conformaríamos.
Llegué a Texas. Me encanta Texas, siempre pensé que quería ir ahí. Pero llegué y no era lo que pensé.
Tenía tiempo de salir del aeropuerto y volver para combinar con mi segundo vuelo. Pero ¿saben qué? Me dio miedo, me quedé ahí. Vegeté en Texas, cansada, sola; cual Tom Hanks. Me dio miedo ver qué había más allá.
Pero mi viaje seguía, seguía a un lugar mejor; con menos petróleo, pero mejor.
Y es que la vida es un viaje. A veces pensamos que llegamos, y nos demostramos a nosotros mismos que esa no era nuestra parada. Siempre se puede ir a un lugar mejor.
Sea como sea, antes de llegar a ese lugar, nosotras tenemos que ser el mejor lugar para nosotras mismas.
Hoy miro alrededor y siento que puedo más. Me duele haber pensado que estaba donde tenía que estar, pero me entusiasma imaginar que me quedan cosas mejores.
Obvio que vivo en peligro de caer. Soy obsesiva, ¿qué pensaban? Mi mente es una trampa mortal.
Camino por la línea de fuego (Sí, le robé cosas a Reik, sorry, déjenme ser), pero aunque sea esta vez Lord Voldemort no me quiere empujar a las llamas.

martes, 28 de mayo de 2013

You just opened my eyes, while breaking my heart.

"Hay gente que muere de hambre y vos no podés combinar colores". Preferiría morir de hambre, porque entonces sabría la razón y la solución: Milanesas.
A veces no hay razones lógicas, no hay soluciones obvias. ¿Saben qué entonces? Nada.
Es muy difícil transitar el mundo tratando de darle explicaciones a las puestas en escena ajenas. En la "nada" lo que hay que hacer es buscar lo que a uno le concierne.
Es una pena que la vida esté llena de crisis que van más allá de que yo no pueda combinar colores por una semana. Pero son esos momentos donde los mecanismos de supervivencia se ponen a prueba.
La forma en la que enfrentamos los momentos difíciles, tienen que ver con la dinámica de nuestra personalidad. No todos tenemos las mismas herramientas. Algunas personas se fugan, otros toman the high road.
Cuando el otro se desconfigura una, dos, tres veces; una tiene que preguntarse: ¿Quiero pasar mi vida reconfigurándolo? Mejor me reseteo.
Qué difícil es dejar ir algunas cosas. Cuando tenía tres años mi mamá trajo una perra endemoniada a casa. Esta perra, rompió lo que yo más quería. Resulta que atacó mi objeto transicional: Una oveja rosa de peluche que me había regalado mi abuela.
Cuando digo "atacó", quiero decir "destrozó". Mamá pensó que yo ya era grande como para afrontar la pérdida. "V, la vamos a tirar a la basura, porque Rosita ya no sirve".
Qué difícil cuando el otro decide por nosotras. Acepté que tiraran a Rosita. Cuando llegó la noche, me di cuenta de que YO NO QUERIA QUE ROSITA ESTUVIERA EN LA BASURA. Obviamente por lo antihigiénico mi madre se rehusó a recuperar a Rosi.
Me costó mucho aceptar la pérdida. Incluso intenté robarle la oveja de peluche a mi primo (él la tenía en azul), pero me descubrieron.
Veinticuatro años después acepté la pérdida de mi oveja. ¿La extraño? Sí. Siento hasta cierta nostalgia cuando la pienso. En ese momento pensé que no podía vivir sin Rosi, pero pude.
Cuántas ovejas vamos dejando en el camino, ¿no? Pero piensen esto: Seguro que ustedes también son Rositas, para alguien más.

lunes, 27 de mayo de 2013

En el espejo.

Nunca pensé que iba a decir esto, pero quiero los Lunes. De repente el día más odiado tiene tinte de esperanza.
Bueno, mentira. Odio los Lunes. Pero empiezo a descubrir que hay cosas peores, que los hacen brillar como la Birkin más hermosa.
A  veces cuando nos pasan cosas tristes, no podemos evitar sentirnos mal. Es CLAVE poder mirarse al espejo para seguir. Primero, solamente logramos vernos en un vacío. Esa falta es la que hace que uno avance.
Al principio no van a querer ver lo que falta. Como yo, van a comprar los mejores auriculares fucsia para enchufarse al soundtrack de su vida.
Hoy me toca un compilado que nadie querría comprar.
Los momentos en los que la razón y el corazón se desconectan, me dejan perpleja. Es el caos. Es levantarse y por unos minutos no recordar cómo combinar colores.
Llené mi espacio con ropa que pensé que extrañaba. Muy a su pesar, traje mi guitarra y mis canciones viejas. Hasta mi cartera naranja me acompañó. Y ¿no puedo combinar colores?
Tal vez lo que no puedo combinar, son mis ideas. Toda mi energía está fija en un par de sensaciones. Sí,  aparentemente las sensaciones pueden subir a la cabeza.
Hoy mientras le pedía perdón a mi guitarra, pasó un ángel y resolvió lo único que no tengo ganas de resolver. La canilla de agua fría, se arregló de la nada. 
Lo tomo como una señal, es hora de mirarme en el espejo. Mírense,  que los colores hacen su magia solos y el estilo es lo último que se pierde.
Este día empezó con el ritmo de "I´m a Survivor" a lo Destiny´s child, siguió con un poco de desesperanza y termina con esta pregunta: ¿Qué onda Wanda Nara? Te odio, a vos y tu cuento de hadas. Y, cuando esto pase, voy a volver a odiar los Lunes.

domingo, 26 de mayo de 2013

Here comes the pain again...


Les juro que lo que escuché en la galería, lo escuché. No soy de derivar mi vida personal en anécdotas sobre “la amiga de una amiga”.
Tal vez el destino quería prepararme para mi propio final. Por ahí conciente o inconcientemente yo ya sabía lo que venía.
Sea como sea, les dije que después de que X les rompe el corazón vienen las etapas. Lucky for you, en este proceso yo soy conejillo de indias. Esto quiere decir que, a carne propia, les voy a decir lo que pasa.
No voy a darles detalles de mi historia, porque la realidad es que estoy tratando de sacarle la angustia a la ocasión. Lo que puedo decirles es que entré en ETAPA I, y prepárense, porque es heavy.
Quiero aclararles que la separación de este proceso en etapas es didáctica, que hay avances y retrocesos, intensidades diferentes y variaciones de persona a persona.
Yo llegué a la primera parada el viernes a las 4 am. Al principio lo que se siente es vacío. No sé cómo será la experiencia de ser poseído, pero estoy 88% segura de que es como tener un fantasma adentro.
Esa sensación de vacío, que supongo que es lo que llaman soledad; a los 10 minutos de aparecer empieza a alternar con llanto inconsolable, temblor y momentos de silencio. El silencio en realidad es llanto mudo, porque te quedas sin aire o fuerza vocal, pero el alma sigue sollozando.
Paso siguiente: Armás tu red de contención. Mensaje grupal, mail, señales de humo; a tus amigas.
Paso tres: Pasás al pijama y la posición horizontal (Lo más probable es que sea posición fetal). Ahí llegan tus mejores amigas en estos momentos: Mariah, Celine y Taylor Swift.
Y después no sé. No sé porque tengo el presentimiento de que esto se va a prolongar por días. Les había hablado de las relaciones de fantasía, ¿se acuerdan? Bueno, aparentemente las reales duelen más.
No veo la hora de que mi libido se vaya de mi, porque ya no la soporto más. La peor parte de esta etapa es la tentación constante de mandarle un mensaje al otro y decirle “No soporto más”. Pero supongo que esa no es opción en este momento.

martes, 21 de mayo de 2013

The only good man left, wasn´t him...


“Yo la adoro, la amo, pero…”. Y mi oído me abandonó, tal vez en un acto fallido o un intento de preservarme de saltarle a la yugular a un desconocido y sacudirlo al compás de un grito que cantara: “Pero ¿qué? No la jodas más”.
Y es que a los 17 años me dije a mi misma una frase que me va a acompañar toda la vida: Un hombre que no sabe lo que quiere está destinado a romperte el corazón.
¿Hay alguno que sepa lo que quiere? Yo ya no lo sé, pero estoy abierta a sus testimonios.
Y es que, cualquier persona que no sepa qué espera de la vida está destinada a rompernos el, por decir lo de menos, corazón.
Nunca me banqué el discurso ajeno armado de una declaración infinita de amor seguida de un “pero”. Sobre todo cuando los peros no van acompañados de argumentos con los que uno pueda tramitar lo que viene.
¿Alguna vez lo vivieron? Porque cuando la frase está dirigida a una, la piel se eriza. “Yo te amo, sos el amor de mi vida y probablemente no encuentre a nadie como vos, pero…”.
A mí nunca me dieron “peros” dignos de inhalar ese discurso nefasto. Y yo, por mi parte, nunca fui la artífice de tal situación.
Porque si no te quiero, no te quiero. Y si sos vos, SOS VOS; no yo. Siempre intenté no ser cruel, pero tampoco deshonesta conmigo misma.
Y este chico probablemente hoy, o cuando se haga hombre y se anime, se va a acercar a una de nosotras y le va a decir: “Sos todo lo que soñé, sos perfecta, combinas colores, sonreís cuando lo necesito, sabés cocinar y te llevás bien con mamá; pero…”. Y le va a decir una boludez. Una boludez como “necesito conocerme a mí”, “necesito respirar”, “necesito jugar más al winning”.
¿Y a ella? A ella se le va a romper el corazón en cámara lenta. Porque desde la primer parte de su discurso, él no le dio señales. Claro, si es perfecta y la adora.
Entonces nuestra amiga desconocida va a pasar por las etapas que en otra ocasión les contaré. (Va a sobrevivir, no se aflijan).
¿Por qué no somos sinceros con nosotros mismos? Y si sos vos, sos vos; no soy yo.
Los hombres que no saben lo que quieren, están destinados a rompernos el corazón. Pero ¿alguno lo sabe? Supongo que es importante que nosotras sepamos lo que queremos.
Les regalo una frase para el espejo: Sos vos flaco, no soy yo.

lunes, 20 de mayo de 2013

C´est la vie

Déjenme contarles sobre mí. Cuando voy en el subte, cuento cuántas estaciones me faltan en cada parada. Una vez traté de no hacerlo, no pude.
A los 7 años me enseñaron el orden de los Planetas del Sistema Solar, y hace 20 años que los repaso mentalmente cada un par de semanas. Me sé las reglas ortográficas de puntuación y mi primer CD fue el de Manuel Wirtz.
Nunca pude estudiar el día antes de un parcial y creo que en todo evento importante hay que estar de estreno.
Mi película preferida de Disney es Aladdin y me sé prácticamente todo el guión de memoria. También creo que el final de Mufasa era innecesario y que traumó a toda mi generación.
Cuando era chica pensaba que el amor tenía la cara de Luis Miguel y que simplemente llegaba a la vida de una. Esta idea sobre el amor duró poco: Mi primer novio fue a los 5 años y duró menos que mi idealización sobre las relaciones románticas.
A veces creo que soy un poco dramática. Bueno, no lo creo, lo sé. Cuando proceso mi vida, la grabo en formato telenovela. Puede ser un poco drástico, pero no es una mala manera de transitar los eventos.
Les conté que tenía siete años la primera vez que me rompieron el corazón.  Era rubio, español, duró un día y él nunca se enteró. Lo conocí, me enamoré y se fue. Ahora que lo pienso, fue muy a lo “Chiquititas”, solo que yo no era huérfana y no había ventanas mágicas.
Tengo muchas de esas historias. ¿Alguna vez se pusieron a pensar que el “enamoramiento” puede funcionar unidimensionalmente?
El problema es que en la unidimensionalidad, nos enamoramos de la fantasía de lo que creemos que el otro es. Nos enamoramos de las citas que inventamos, de lo que suponemos que piensa.
Sea como sea, apesta. Nada puede romper más el corazón que una fantasía. ¿Por qué? Porque son perfectas.
Pero, ¿qué pasa en las relaciones de verdad, en las de este plano, las de dos? Esa es otra historia, para otro día.

sábado, 18 de mayo de 2013

Oranžová portfolio


Vivo en un departamento diseñado para Hobbits, donde el espacio de closet no es digno de mí. 
Lejos de frustrarme, he aprendido lo siguiente: A) Tengo que racionar mi ropa, el cosmos me está tratando de enseñar que no necesito TODO, TODO EL TIEMPO. B) La cartera naranja es más difícil de combinar de lo que pensé C) La lección “A” no es compatible con mi vida.
Cuando no tengo todo, siento que lo necesito. Mi cartera naranja es incombinable, pero la necesito conmigo. La necesito porque ¿qué pasa si surge la ocasión perfecta para ella, y no está?
Esto se aplica a todas las circunstancias de la vida. No quiero ser la que cede al imaginario social dándole la razón de la histeria femenina, pero tengo que hacerlo.
Soy histérica, y no en el modo psicoanalítico (Freud love you, no te retuerzas). Soy histérica porque cuando tengo algo me cuesta apreciarlo, y cuando no lo tengo lo añoro.
Por ejemplo ayer. Ayer pasé por una vidriera, vi un bolso dorado con una estampa de tigre en verde agua. Mi corazón lo deseó como nunca deseé a nada (Mentira, como siempre deseo todo). Entonces…me compré un vestido.
Hoy me levante añorando ese bolso. La realidad es que si tuviera el bolso, querría el vestido. Porque el mecanismo que subyace a esta dinámica es ese.
Este mecanismo se aplica a todo. Me cuesta elegir comida en un restaurant, peinado y programación televisiva. Me hago el flequillo y no lo soporto, me lo saco y siento que lo necesito.
Y ¿qué pasa cuando esto se aplica a las relaciones? Caos. Entramos en el “ciclo sin fin”. Entramos en esas relaciones de años de atracción y repulsión continua. El contaminante “te quiero, no te quiero”.
Tengo que aprender a elegir y elegir siempre significa perder algo. Supongo que nunca se pierde todo. Mientras tanto, tengo mi cartera naranja. Oranžová portfolio, en checo.

viernes, 17 de mayo de 2013

Happily ever after?

Las películas de Jennifer Lopez (J-Lo para los amigos), son siempre igual. La latina ganándose el dólar en Malibú y el Príncipe azul que la rescata.
Obviamente ella es la clase de latina que tiene el pelo espectacular, bronceado milenario y sonrisa perfecta.
Bueno, yo fui una latina trabajando en Malibú. Dejenme decirles algo: El olor a frito no se va sino hasta el segundo lavado de pelo y eso no es imán para ningún hombre.
Sea como sea, no puedo evitarlo. J-Lo y yo somos íntimas amigas, aún cuando ella no sepa que existo. No puedo resistir sus chic flicks. 
Porque cuando J-Lo aparece en la pantalla, yo creo. Creo en el amor a toda edad. Creo que existe un extraño capaz de adoptar los dos bebés que alguien se inseminó porque pensó que iba a morir sola. Creo que una wedding planner neurótica puede encontrar el amor en el trabajo. Creo que Jennifer puede vencer una anaconda radioactiva sin transpirar. CREO.
Supongo que ella me hace creer que los "príncipes azules" ven más allá de nuestra "latinidad" (Sí, invento palabras, no puedo evitarlo, es parte de lo que soy).
Déjenme definir "latinidad". Latinidad es poder tener un día poco favorable para nuestro pelo, es poder darse el lujo de no pintarse una vez las uñas, sin perder la feminidad; es no tener que ser la más inteligente, y poder equivocarse de outfit algún día.
Entonces Jennifer aparece, y mientras friega el piso; el hombre más sofisticado, rico y lindo se fija en ella. 
El único problema es que todas sus películas se basan en el proceso en el que el hombre se fija en ella. Eso hace que el secreto de la "latinidad" caiga bajo un manto de suspenso. 
Pero la realidad es cruel. En la realidad hasta a Jennifer tuvo malos tragos. Supongo que Marc Anthony no era su príncipe azul.
Tal vez sea porque el estado de "príncipe" es muy efímero. Dura lo que dura el período de cortejo. 
Lamentablemente, no hay películas que cuenten qué pasa después. Mientras tanto, prefiero seguir creyendo con J-Lo, Julia Roberts y Kate Hudson. Aún así siempre me voy a preguntar, ¿qué pasa después?

jueves, 16 de mayo de 2013

Ruleta Rusa...


¿Alguna vez se detuvieron a pensar en sus propias contradicciones? Ahí donde nos contradecimos, es donde hay algo para meditar.
“Cuéntame qué harás después que estrenes su cuerpo, cuando muera tu traviesa curiosidad (…) Si te vas y me cambias, pedazo de cuero no vuelvas nunca más, ya no estaré aquí”.
Si no fuéramos a estar ahí, ¿por qué escribir una canción? Porque “Lejos de ti, el mundo ya me da igual”.
Y la realidad es que Shakira planeaba estar ahí. Porque ¿para qué escribirle una canción a un pedazo de cuero que estaba pensando en cagarla con una brand new Barbie? A veces nuestro ego habla en nombre de nuestro deseo de autoconservación y orgullo, pero no engaña a nadie.
Creo que esta canción, más allá de tener una super letra y ser fácil en la guitarra, tiene un gran mensaje. Dejando de lado la contradicción de sentimientos que experimentamos cuando estamos vulnerables y faltas de confianza, la comparación de las mujeres con las escobas me parece maravillosa.
No me malinterpreten, no hablo del clisé que nos une a la limpieza de la casa. Hablo de la fascinación por lo “nuevo”. Y es que para fascinarse con la novedad, lo “usado” tiene que entrar en categoría de aburrido.
Sea como sea: nuevo, usado, vencido, a estrenar; son categorías equívocas. Porque el que vive buscando lo nuevo, no sabe cómo reinventar lo que ya encontró. Dar por sentado lo que tenemos, es un arma de doble filo.
“Toda escoba nueva siempre barre bien”. Les tengo noticias, en otro armario: Nosotras también somos escobas nuevas.

miércoles, 15 de mayo de 2013

Otoño Suave

Alguien me preguntó qué deportes practiqué a lo largo de mi vida. La realidad es que nunca me caractericé por ser Sporty Spice, y no porque no tenga la genética (Bueno, tal vez no la tengo), pero porque nunca pude mantener en el tiempo la pasión por la actividad.
Danza, Gimnasia artística, equitación, dos clases de tennis, natación, zapateo americano, step, hockey, vóley. Tal vez haya tirado a la basura potencial olímpico, nunca lo sabremos.
Mi carrera como actriz murió en un año de teatro, y lo mismo pasó con mis cuerdas vocales. Tengo una guitarra que nunca conoció más de cinco acordes y creo que si pudiera hablar me pediría autodestruirse.
Mi terapeuta solía relacionar mi desilusión con las actividades, con mi exigencia y perfeccionismo. Seguramente sea verdad, pero prefiero quedarme con lo que me dijo mi profesora de  imagen personal una vez: Eclecticismo.
Y esto me lleva a la única actividad que, por más que quiera, empiezo a pensar que nunca voy a poder abandonar. Algunos lo llaman shopping, yo lo llamo restauración profunda del alma.
Hace ya muchos años, tomé un curso intensivo de imagen personal donde la profesora se tomaba el tiempo de charlar y “analizar” nuestros estilos. 
Algunas eran sofisticadas, otras más casuales, otras formales; ¿yo? Ecléctica. Creo que es cierto, y no porque mi placard hable por mi; sino porque la imagen también puede llegar a proyectar parte de lo que somos.
Calzas, chupines, oxfords, polleras, minis, shorts; camisas, remeras,tops; blazers, sacos, tapados, camperas, pieles; fluor, gris, verde, rosa. You name it, I wear it. Tengo muy pocas reglas: NO al pantalón de jogging hasta los 80, NO al jean con jean, más vale sugerir que mostrar todo y los Oxford TIENEN que tapar los zapatos.
Muchas veces cuando paso por una vidriera me pregunto a mi misma por qué no me gusta coleccionar algo más accesible económicamente y que ocupe menos espacio. Ser acumuladora obsesiva de micropartículas o algo así.
Sea como sea, lo único que ese curso me dejó fue la definición de mi placard y el concepto de que la cartera “es como el sol”: Se achica en la medida que pasan las horas.
¿Mi reflexión profunda? La moda puede ser un medio de expresión, cuando logramos que algo de nuestra personalidad emane a través de nuestro estilo.
Así y todo, siempre hay lugar para equivocaciones. Mi paleta de colores es “Otoño suave”, pero ni eso me salvó de los colores fluorescentes de esta temporada.

martes, 14 de mayo de 2013

En tránsito Lunar

Me encantan las películas de Disney. La vida tendría que ser un poco más así: Canciones “improvisadas” donde ni una rima falla, bailes sincronizados donde todos tenemos el talento de Julio Boca y el sex appeal de los Jonas Brothers. No existen los días de frizz en el pelo o las crisis de guardarropas.
A veces creo que mi vida es un poco así. Bueno, excepto por los bailes sincronizados y extraños que cantan al ritmo de mis pensamientos; lo cual sería un poco raro.
Pero piénsenlo bien. ¿Qué hacemos cuando estamos tristes por ejemplo? Miramos el horizonte al compás de una play list de Mariah Carey en el ipod. Y es que la mayoría de las personas vivimos al ritmo de nuestro propio soundtack, musicalizando nuestras historias.
Cortás con tu novio y escuchas “Unbreak my heart” de Tony Braxton; te encontrás con las probabilidades de una vida de soltería y escuchás “All by myself” de Celine Dion. ¿Creés que te cagan? “Say my name” de Destiny´s Child.
A veces me pregunto si los hombres hacen lo mismo. Me pregunto si sus gustos musicales se prestan a la versatilidad de una montaña rusa emocional. Y es que para ser honesta, tengo tantas canciones como minutos de la vida. Tengo hasta la canción ideal para cuando se me parte una uña, se pierde el perro o se rompe mi cartera preferida.
Toda la vida fue igual y tengo mis serias dudas sobre si se lo debo a Disney o a Cris Morena. Sea como sea, corría 1992 y, a mis 7 años, ya estaba escuchando una canción de "Jugate conmigo" mientras lloraba por el primer chico que me rompió el corazón. Pero esa es otra historia, y amerita su propio espacio.
Volviendo a ELLOS, mi hipótesis es que no viven al ritmo de un soundtrack. Cuando ellos escuchan una canción, escuchan una canción. Cuando nosotras escuchamos una canción, somos la historia de esa canción.
Los hombres se desconectan, mientras nosotras nos conectamos. En todo buscamos conectarnos. Alguna vez, ¿lo lograremos?

lunes, 13 de mayo de 2013

La Luna en Cáncer

Mi horóscopo dice que hoy es el día en que llego a un "respiro hondo sentimental", donde las situaciones emocionales que me aquejan se resuelven totalmente y descubro que soy una exagerada.
Me pregunto si tendría que permutar mis años de terapia por una suscripción semanal a algún astrólogo reconocido o un delivery de galletitas chinas...definitivamente sería menos trabajoso y mucho más económico.
Pero, ¿quién quiere que todas sus situaciones emocionales se resuelvan TOTALMENTE? La vida sería muy aburrida y las mujeres no tendríamos de qué charlar. "Intrusos" perdería todo el rating y ya no habría necesidad de instruir a las adolescentes en las peripecias del amor al compás de Bridget Jones.
Tengo una matrícula que guarda años de estudio y parte de mi alma, que me dice que las líneas que un hombre misterioso escribe para nuestros signos día a día no van a resolverme la vida. Así y todo, no puedo evitar sorprenderme cuando dan en la tecla justa.
Si lo pienso mejor, tal vez no sean hombres los que escriben estos presagios, sino el inconciente femenino colectivo. Tal vez sea nuestro espíritu de grupo. Trabajo en equipo: "Te entiendo, va a estar todo bien, mirá te pongo este planeta acá, quedate tranquila". Claro que hay horóscopos malignos, NO SOMOS PERFECTAS (Todavía).
Pero volviendo a mi fortuna, tengo que respirar hondo. Hoy se resuelve todo. Hoy un hombre va a mirar al vacío y YO voy a saber lo que está pensando. Cuando crea saber lo que piensa, voy a decirme a mí misma: Sos una exagerada. Automáticamente voy a sentirme bien y el mundo va a balancearse una vez más.
Y es que así funciona el horóscopo, una profecía autocumplidora.
Sea como sea, Lacan nos complicó la vida y algunos días está bueno no pensar. Que no escuche mi terapeura, pero hoy la Luna está en Cáncer.

domingo, 12 de mayo de 2013

Saturno en mi signo

A veces me pasa que veo a los hombres mirando al vacío. Como neurótica obsesiva que soy, para mi no existe el vacío. Desde mi perspectiva la cabeza es una rueda que nunca para de girar, incluso cuando logro no pensar en "nada", estoy pensando en que logré no pensar en nada. Ergo: Pensar en nothing at all, es imposible en mi mundo.
Entonces, un hombre mira al vacío y una se pregunta: ¿En qué estará pensando?. ¿Estará pensando en mujeres, en Star Wars, en trabajo, en lo que le dije recién? ¿Estará pensando en su niñez, la inflación, si pegan sus zapatos con la camisa que eligió? ¿Será que piensa en el sentido de la vida, en comprar un anillo?
Y como para mi no existe el vacío, pregunto. La realidad es que un 98,34% de las veces la respuesta es "Nada". Envidia total, porque si yo pudiera pensar en nada entonces la vida sería más simple. Estoy casi segura que un 0.66% la respuesta no pasa la censura; y el 1% que queda nos dan respuestas como: " El sistema de audio".
Ellos miran al vacío y piensan en el sistema de audio. Nosotras los vemos mirar al vacío y pensamos, DE TODO. Y es que crecí con una inyección de Cosmopolitan que me hizo creer que los hombres eran un misterio, y empiezo a pensar que son la proyección del nuestro.
Cuando un hombre te dice "nada", significa NADA. ¿Cómo se sentirá eso?

Jaque al Rey...

            Hace tiempo empecé a experimentar una sensación. De esas que nacen del medio del esternón y te contraen como si fueras a echar...