domingo, 28 de diciembre de 2014

What´s the name of the game?

 Termina un año más y, aunque me rehuso a clickear en mi película de facebook, no puedo evitar hacer balances. 
 Creo que en el fondo en realidad estoy buscando maneras de suplantar a mi psicóloga, que decidió irse de vacaciones en las últimas semanas de un 2014 intenso. 
 ¿Balances? Algunas teorías fallidas, varios pares de zapatos, unas cuantas bikinis y algunos tapados. Bastantes citas fallidas, el pelo algo más largo y nuevas lentes de contacto. Demasiados posts, la aceptación de la lechuga y fruta en mi vida, dos libros enteros y como cinco por la mitad. 
 ¿Por qué tenemos la necesidad de hacer balances? Los cortes de año son construcciones humanas, los mayas o whoever lo crearon hace milenios y; por alguna creencia mágica, creemos que cuando el reloj da las 00 Hs. al final del 31 de Diciembre, todo puede cambiar. ¿Es realmente el 31 de Diciembre un portal de oportunidades? ¿No es simplemente un día más? El lunes hay que volver a trabajar, tomar un taural y limpiar la casa. ¿Qué es lo que cambia en un año?
 ¿Es especial? Sí, solemos estrenar un vestido y tomar champagne. Pero, ¿no podemos estrenar vestidos todos los meses? 
 Este año fue especial, creo que, contra todo pronóstico, mejoré mi estilo y dejé de llorar ante problemas técnicos de mi departamento. Seguí construyendo teorías, contra todo quorum, y dejandolas caer ante las interpretaciones super smart de alguien que me cobra demasiado caro solo para no darme la razón en nada. 
 Tal vez mi resolución de año nuevo tendría que ser dejar de construir teorías ante la fugaz aparición de cualquier tipo de statement. Pero tranzar con esa meta, sería como aseverar que voy a dejar de ir de shopping y, TODOS sabemos, que eso no va a pasar. Soy optimista, no mentirosa. 
 ¿Entonces? Entonces en vez de empezar este año nuevo prometiendo no construir teorías (no tolero bien la frustración), y fallando en el intento, voy a empezarlo con una nueva idea. 
 No sé qué tan nueva o innovadora sea, porque en realidad creo que la llegué a esbozar en algún momento...probablemente antes de llegar a mi fase de pseudo feminismo Kelly Clarkson´s style.
 Alguien me dijo una vez que la vida no se trata de estar preparado, a veces las cosas pasan y hay que saber aprovecharlas. Y, como yo lo entiendo, tiene razón. A veces, no necesitas un bolso, pero Isadora fabrica la cartera más cute del mundo llena de borlas flúo y, vos, simplemente tenés que tenerla. ¿Estabas buscando una cartera? No, definitivamente no, tenés 25, ¿por qué querrías otra? ¿Necesitabas un bolso incombinable lleno de adornos flúo? No, no pega con nada de lo que tenés. ¿Es lo que buscabas? No.¿Lo compraste? Duh, obvio. 
 Compraste el bolso, porque la vida a veces pone algo en tu camino que no necesitabas, pero que tenías que capitalizar. Y al bolso al principio le cuesta adaptarse a tu placard y tu paleta de colores pporque, seamos honestos, todo lo hippie chic es difícil de combinar con una colección interminable de pantalones estampados. ¿Cuál sería la primer reacción? Cambiarlo por un bolso de un solo color que se ajuste mejor a tu placard y tu momento (Si pensaron que iba a decir no comprarlo no me conocen). 
 Resumiendo. La vida, eventos, situaciones, bolsos, blabla. Creo que este año que empieza, necesito ser más consistente y transitar una sola teoría. Y es la teoría de que no puedo elegir qué pasa o cuándo pasa. La teoría de que tal vez  no controlo el juego y no estoy en constante control de todas sus fichas, a veces hay que dejar que alguien más haga su jugada. Lo cual significa que me espera un año más de terapia, porque soy una pésima perdedora y competidora empedernida. 
 Este bolso nuevo, no se ajusta a todo el repertorio de mi placard. No se ajusta a mi pantalón preferido y solo combina con camperas lisas. No obstante, logró que guarde las tres carteras de turno en "el mueble de las carteras". Y me gusta, me gustan sus detalles flúo, porque es diferente y divertido. Tal vez, contra la tendencia de la temporada, tengamos que ir en contra del matchy-matchy. 
 Seguramente, no se habían dado cuenta de TODO lo que podemos aprender de un bolso incombinable. El 2015 va a ser así, lleno de estampados que nadie vio juntos antes. Algo así como el Monopoly, donde las fichas no tienen sentido ni cohesión entre sí. Un zapato, anda con un dedal; ese tipo de juego es el que se va a jugar este año nuevo. Con un poco más de estilo, obvio...y la musicalización de Abba, por supuesto. 



martes, 2 de diciembre de 2014

Mi mente dice ten cuidado...

 Si mis instancias psíquicas pudieran convertirse en un videoclip, seguramente veríamos algo así: Clickear. Sería divertido, no voy a negarlo. Neuróticamente preocupante, pero entretenido. 
 Es literal, no puedo negar el resabio de la marca de Disney y Ricky Martin en mi; pero también simbólico. ¿Nunca aprehendieron estos diálogos internos? ¿Cómo algo tan ajeno, puede ser tan propio? Es ver a la disociación a los ojos. Y quien dice ojos, dice VHS de Hércules. 
 Empieza a preocuparme un poco esta posición defensiva cual mariscal de campo en junior high. Me pregunto si son las dos semanas sin terapia. Me intriga la conspiración mundial contra mi salud mental: Paros de subte, manifestaciones, catástrofes climáticas y la cana que encontré en mi pelo hoy a la mañana. 
 Y entonces empiezo a preguntarme sobre el proceso de selección de la vida real. Porque, para que un candidato cumpla con el perfil; tiene que haber una posición, una vacante, una búsqueda. Entonces pienso que, quizás, las aproximaciones sentimentales no se tratan de dos candidatos que matchean perfectamente. Primero tiene que haber una búsqueda abierta en el sistema. 
 Sin búsqueda, hasta el candidato perfecto va a quedarse afuera del proceso de selección. Sin vacante, no hay matching. 
 Y esto es lo que voy a plantearle a mi terapeuta el jueves: No se trata de impermeabilidad emocional o apatía, no se trata de recursos evasivos o falta de voluntad. No se trata de no haber pensado super outfits, no escuchar o no reirse de chistes sin sentido. Tampoco se trata de buscar todas las fallas ajenas o idealizar situaciones. Se trata de que no hay vacante, ¿ergo? No hay búsqueda que cerrar. 
 Seguramente mi interlocutor intente defenestrar otra de mis astutas y super convincentes teorías, con alguna pregunta disparadora como"¿Vos qué pensás?" (Pregunta donde reinserto mi teoría y me corro el pelo de hombro), o "La vida no es un proceso de selección" (Pregunta donde reinserto mi teoría con un ejemplo donde le demuestro que TODO es un proceso de selección, incluso su decisión de usar pantalones hippies); o, mi preferida, "¿Qué pensás que quiere el Otro de vos?". En esta última, como no puedo reinsertar la teoría, me refugio en Lacan y le digo que NO LO SE. 
 ¿Puede ser? ¿Puede ser que se libere una vacante y se encripte la posición? Y esos momentos a lo Chandler Bing, donde vemos todo lo que del otro no nos cierra, ¿Son normales? ¿ Es evasión, autopreservación o boludez? ¿Por qué todo es tan fácil para las princesas de Disney? Mismo sueño, mismo candidato con distinto color de pelo en cada peli, mismo final (aunque nunca sabemos cómo sigue). La vida sería más fácil siendo una princesa de Disney; salvo Mulán, porque ella tuvo que ir a la guerra y vestirse de hombre. 
 La vida, en muchos aspectos, es un proceso de selección. Yo hoy decido que no necesito las Hunter rojas (Por un mes más), que no voy a comer un Coffler entero y que mañana no voy a ir al gimnasio. Y decido que mi nueva teoría es 100% válida, ya sea por su carácter científico, o por el precepto de que mi mente dice que tenga cuidado..."porque no todo es maravilloso". Y ¿cómo discutir con un aparato tan excelentemente diseñado y protegido por pelo perfectamente humectado? ¿Cómo diferir con un diseño que intenta autopreservarse? Tal vez tendría que vender mis teorías, para pagar mi terapia. 


Jaque al Rey...

            Hace tiempo empecé a experimentar una sensación. De esas que nacen del medio del esternón y te contraen como si fueras a echar...