martes, 2 de diciembre de 2014

Mi mente dice ten cuidado...

 Si mis instancias psíquicas pudieran convertirse en un videoclip, seguramente veríamos algo así: Clickear. Sería divertido, no voy a negarlo. Neuróticamente preocupante, pero entretenido. 
 Es literal, no puedo negar el resabio de la marca de Disney y Ricky Martin en mi; pero también simbólico. ¿Nunca aprehendieron estos diálogos internos? ¿Cómo algo tan ajeno, puede ser tan propio? Es ver a la disociación a los ojos. Y quien dice ojos, dice VHS de Hércules. 
 Empieza a preocuparme un poco esta posición defensiva cual mariscal de campo en junior high. Me pregunto si son las dos semanas sin terapia. Me intriga la conspiración mundial contra mi salud mental: Paros de subte, manifestaciones, catástrofes climáticas y la cana que encontré en mi pelo hoy a la mañana. 
 Y entonces empiezo a preguntarme sobre el proceso de selección de la vida real. Porque, para que un candidato cumpla con el perfil; tiene que haber una posición, una vacante, una búsqueda. Entonces pienso que, quizás, las aproximaciones sentimentales no se tratan de dos candidatos que matchean perfectamente. Primero tiene que haber una búsqueda abierta en el sistema. 
 Sin búsqueda, hasta el candidato perfecto va a quedarse afuera del proceso de selección. Sin vacante, no hay matching. 
 Y esto es lo que voy a plantearle a mi terapeuta el jueves: No se trata de impermeabilidad emocional o apatía, no se trata de recursos evasivos o falta de voluntad. No se trata de no haber pensado super outfits, no escuchar o no reirse de chistes sin sentido. Tampoco se trata de buscar todas las fallas ajenas o idealizar situaciones. Se trata de que no hay vacante, ¿ergo? No hay búsqueda que cerrar. 
 Seguramente mi interlocutor intente defenestrar otra de mis astutas y super convincentes teorías, con alguna pregunta disparadora como"¿Vos qué pensás?" (Pregunta donde reinserto mi teoría y me corro el pelo de hombro), o "La vida no es un proceso de selección" (Pregunta donde reinserto mi teoría con un ejemplo donde le demuestro que TODO es un proceso de selección, incluso su decisión de usar pantalones hippies); o, mi preferida, "¿Qué pensás que quiere el Otro de vos?". En esta última, como no puedo reinsertar la teoría, me refugio en Lacan y le digo que NO LO SE. 
 ¿Puede ser? ¿Puede ser que se libere una vacante y se encripte la posición? Y esos momentos a lo Chandler Bing, donde vemos todo lo que del otro no nos cierra, ¿Son normales? ¿ Es evasión, autopreservación o boludez? ¿Por qué todo es tan fácil para las princesas de Disney? Mismo sueño, mismo candidato con distinto color de pelo en cada peli, mismo final (aunque nunca sabemos cómo sigue). La vida sería más fácil siendo una princesa de Disney; salvo Mulán, porque ella tuvo que ir a la guerra y vestirse de hombre. 
 La vida, en muchos aspectos, es un proceso de selección. Yo hoy decido que no necesito las Hunter rojas (Por un mes más), que no voy a comer un Coffler entero y que mañana no voy a ir al gimnasio. Y decido que mi nueva teoría es 100% válida, ya sea por su carácter científico, o por el precepto de que mi mente dice que tenga cuidado..."porque no todo es maravilloso". Y ¿cómo discutir con un aparato tan excelentemente diseñado y protegido por pelo perfectamente humectado? ¿Cómo diferir con un diseño que intenta autopreservarse? Tal vez tendría que vender mis teorías, para pagar mi terapia. 


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Jaque al Rey...

            Hace tiempo empecé a experimentar una sensación. De esas que nacen del medio del esternón y te contraen como si fueras a echar...