jueves, 28 de enero de 2016

Haven´t you heard?

 Últimamente reflexiono sobre el autoconvencimiento. Ese mágico pensamiento repetitivo y muchas veces infundado que nos mueve a abrir o cerrar historias. 
 Todo empieza conmigo, sentada en una mesa de almuerzo, intercambiando anécdotas y poniendo en juego preguntas existenciales. Y por preguntas existenciales me refiero a: Novelas, citas, temporada, vacaciones, la situación amorosa de Pampita y los romances de radio pasillo. 
 Situación: Alguien deja a alguien por un mensaje de whatsapp (Sí...esto es el 2016). A: "¿De qué signo es el dejador", B:"Aries". A: "Claro, obvio", concluye la pseudo astróloga. 
 Y yo, en silencio, mientras miro la primera y única comida casera de mi semana, reflexiono. "Claro, te dejó por un mensaje de chat porque es de Aries, no porque es medio tarado y tiene problemas interpersonales". Pero, a pesar de mi reflexión terrenal, no dejo de pensar en los signos de la baraja en la mesa. Entonces me doy cuenta, somos "autoconvencedoras". 
 Situación: Rapsodia me manda un mensaje de que está rebajando 40%, y yo, le creo. Entro, veo que bajó 300 pesos en un saco de 5000$, pero le creo. Creo que 300 puede ser el 40% de 5000; aún cuando sé que ninguna regla de tres simple va a respaldar esa cifra. ¿Por qué le creo? Le creo porque es más fácil clickear en la compra online pensando que estoy haciendo el negocio de mi vida. Le creo porque quiero sentir que Rapsodia piensa en mí cuando me manda ese mensaje y quiero experimentar la sensación de que nunca voy a encontrar una mejor oferta. O simplemente le creo porque genera menos culpa y responsabilidad autoconvencerme de que el precio que pago es el 60%. del valor.
 Nos autoconvencemos. Él es un boludo que te deja por mensaje de whatsapp, el otro tenía novia  y vos nunca te enteraste, alguno es gay y ni te diste cuenta, otro personaje te hace pagar la cuenta y nunca falta el pibe que te asigna un día. Pero no, no estás implicada en la situación, no hay forma de que hayas podido tener algún tipo de control o responsabilidad sobre esto. No es que vos no te diste cuenta, que dejaste que te dejen por mensaje, que siempre respondiste en ese día con el que te caratularon o que te sobreadaptaste. No, él es de Aries, no había nada que pudieras hacer. Era el destino. 
 Nos autoconvencemos porque es más fácil escuchar de una extraña en una mesa que el signo de alguien define infinidad de situaciones con personajes diversos, a pensar de verdad. Él es de Aries, con razón, listo, cerramos el libro. ¿El que te rompió el corazón era de Escorpio? Olvidate, no hay nada más que analizar. Aparentemente hay que apuntar a Tauro y, dicen, que los Acuario son algo sensibles. Alejate de Escorpio y no le des tu número de Whatsapp a Aries, así te deja face to face.  
 Nos autoconvencemos. Nos convencemos de que las liquidaciones liquidan y que los signos definen. Y, cuando algo nos mueve, es más fácil inventar explicaciones pseudo lógicas, de poco contenido e irrefutables; a pensar que el otro es un boludo porque lo dejamos ser o porque nosotras aportamos de lo nuestro. ¿Qué hago pagando miles de pesos en terapia? Todo lo que necesitaba era un tupper y una extraña. 
 Me pregunto si es el precio que pagamos por querer comprar lo que nos venden al "60%" no termina siendo más caro de lo que pensamos. Porque nos autoconvencemos de que no estamos implicadas y repetimos patrones. Te van a volver a dejar por mensaje, te van a volver a asignar un día y yo voy a pagar como 7000$ por un saco que salía 5000. 
 Y no es que siempre tengamos culpas pero, tal vez, sí responsabilidades. Digo, tal vez no es que X haya tenido miedo de decirle a Y a la cara que no la quería ver más. Por ahí X era fóbico e Y no supo ver los indicios, solo supo mirar para atrás y rotularlo como "Aries". Tal vez, el e mail de Rapsodia decía "4%" y mi deseo le agregó un "0". Tal vez, todas las pistas de que alguien tenía novia, estaban ahí y no las quisite ver. Por ahí te tendrías que haber dado cuenta cuando solo te llamaban los jueves que eras "la minita de los jueves". Por ahí, "Aries", solo es un CD de Luis Miguel...que ni siquiera escuchamos. 










lunes, 18 de enero de 2016

I must not chase the boys...

 "Todas las historias (de amor) son raras cuando las mirás más de cerca". Damn it. ¿Por qué siempre empiezo los lunes con jaques a mis certezas?
 Una buscapina compuesta, ningún collar, un rodete y una cartera que no combina con mis zapatos. CERO ganas de ir a terapia, dos intentos de escape del subte en el camino, una hora cuarenta en el diván. 
 Mi psicóloga odia que use la palabra "normal". A veces me pregunto si es porque no existe, o porque soy la última persona pisando la Tierra que debería usarla. "Es una historia (de amor) rara". 
 ¿Qué sería una historia (de amor) "normal"? ¿The Notebook? No, no creo que queden hombres que escriban cartas de puño y letra, mucho menos que te construyan una casa con sus propias manos. De hecho empiezo a preguntarme si quedan de los que saben cambiar lamparitas. 
 ¿La boda de mi mejor amigo? No, Julia Roberts nos enseñó que no hay nada normal en probarte el anillo de compromiso de alguien más. ¿When Harry met Sally? Por favor, después de ese viaje en auto no hay chances de que esas personas se vuelvan a llamar. ¿50 sombras de Grey? Eso no tiene NADA de "normal". 
 ¿Because I said so? Mmm no. Dudo que sus mamás les consigan uno, mucho menos dos, hombres online. ¿Highschool Musical? Si el otro canta sobre cada cosa que les pasa, corran, sería poco convencional, pero definitivamente nada "normal". ¿Cartas a Julieta? Imposible, pero es una buena fantasía. 
 "Todas las historias (de amor) son raras cuando las mirás de cerca". ¿Qué es lo que quiso decirme? ¿El amor es raro? ¿La gente es rara? Quiso decirme que todo es raro, cuando no existe lo "normal". 
 Tiene razón. Tiene razón porque no conozco a nadie igual a nadie. Y déjenme decirles algo, estamos jodidas. Estamos jodidas porque absolutamente ninguna regla de las que nuestro clan elucubra se aplica al campo de acción. 
 Intento hacer investigación de mercado y, mientras más investigo, menos conclusiones saco. Nunca llego a entender lo "normal".
 ¿Qué significan los likes en Instagram? Sujeto 1: Arte. Sujeto 2: Significa que tenés que darle like y te va a hablar. Sujeto 3: NADA. Sujeto 4: Depende. ¿Es una foto de comida, tuya o de tus amigas? ¿Hay un paisaje, un perro o un helicóptero? 
 Entonces, si es artística es apreciación pura de tu espíritu libre; pero si es de tus amigas le gusta alguna. Si es de comida puede ser que tenga hambre, que piense que sos la próxima master chef o que quiera invitarte a cenar. Si es de un perro está pensando en adoptar uno, admira tu cariño hacia los animales o le parece graciosa tu mascota. Si es de un paisaje está pensando en ir a escalar y si hay un helicóptero es su gen fierrero. 
 "¿Para qué usan Facebook?" Sujeto 1: Para levantar. Sujeto 2: Para escuchar música. Sujeto 3: Para boludear con amigos. Sujeto 4: 1, 2 y 3 juntas. "Pero los Likes de Facebook, son otra cosa". 
 "¿Los likes de Facebook son otra cosa?". Sí chicas, son distintos, no sé si alguien les hizo creer que los cobran o que quedan más expuestos, pero...son "otra cosa". Porque, aparentemente, son más privados/públicos (Weird, I know) y disponen de menos. "Si te pone Like en Facebook, te va a hablar. Ponele un Like". 
 En teoría te pone un Like para cultivar el terreno, vos tenés que ponerle Like (o no) y en dos días te habla, o tres. Pero, si vos no ponés like, pasaste por abajo de una escalera y el año es bisiesto; puede fallar. 
 Y acá estamos, haciendo malabares y pensando que en el 2016 algo puede ser "normal". Mientras para leer interacciones tecnológicas necesitamos una bola de cristal, el telekino de mañana, un compás, la escuadra y saber multiplicar por tres cifras. 
 Tenés que contar cuántos likes te puso, pensar la ubicación de Júpiter ese día; diferenciar si había un paisaje, una amiga, un mamífero, un reptil, comida, un medio de transporte o una frase. Tenés que entender su comportamiento en cada red social, unir los puntos cardinales de cada click y hacer una base en Excel para cruzar su fecha de cumpleaños con la tuya, el origen de su apellido, y su talle de zapatos. Y después de eso, tu cerebro muere. Muere porque toda la energía que usaste en este análisis hizo que te olvidaras de respirar. 
 No nos contesten más. No hay reglas, no hay "normal". ¿El aprendizaje del estudio de mercado y de la historia? No hay "normalidad", solo hay historias raras de cerca. No hay un patrón, esto no es Harry Potter donde cada uno tiene asignado un animal que caracteriza su hechizo. No hay un manual, no está en Wikipedia, no está en una canción de Cher, no hay certezas. 
 ¿La moraleja de la historia? No tenemos que perseguir a los chicos, no tenemos que forzar su comportamiento en estos moldes como si fuéramos a coser una pollera. 
 No tengo que preguntarles más mi característico: "¿Qué significa... (Insert multiplicidad de dudas aquí)?". Y ellos no tienen que contestar más, porque nos confunden. Sí, en el 2016, nosotras también nos confundimos. Más terreno cedido. Cuiden las carteras, porque en cualquier momento empiezan a usar accesorios. Cuidemos a Zara, porque lo único que nos falta es que se dedique solo a la indumentaria masculina. 
 ¿La moraleja de la historia? No tenemos que perseguir a los chicos. Hay que dejarlos ser. Con sus Likes arbitrarios, sus mensajes a las 5 AM, sus arranques aislados de romanticismo y sus nuevas mañas.  Después se preguntan por qué hacemos investigaciones de alto calibre y elaboramos hipótesis super hiper complejas (OK. Stalkeamos, a veces...), pero no es nuestra culpa, es culpa de la Encarta que se olvidó de explicarlos. 
 No tenemos que perseguir a los hombres. Tenemos que aceptar que no hay nada "normal" y que todo es raro, cuando lo mirás de cerca. 

  
















Jaque al Rey...

            Hace tiempo empecé a experimentar una sensación. De esas que nacen del medio del esternón y te contraen como si fueras a echar...