miércoles, 9 de octubre de 2019

Carta del Editor

Queridas/os Lectoras/es,
Hace ya algún tiempo que me pregunto cuál es el mejor espacio para escribir. Lo suspendí por un período, avocándome a otros medios de expresión. Intenté reconectar con la guitarra a pesar de mi cuestionable prensión fina, esbocé un intento de decoración extraño, googleé un curso para hacer accesorios y hasta contemplé la cerámica (aunque a nadie se lo confesé).
 Pero, una y otra vez, me encontré escribiendo. Porque, seamos realistas, pueden sacar a la chica del blog, pero no pueden sacar al blog de la chica.
 En dos años compré cerca de 6 cuadernos, escribí en muchas servilletas, notas de celular, algunos Word´s y en mi cabeza. Aún no vieron la luz: Un proyecto de cuento infantil, una analogía entre "Alicia en al país de las maravillas" y un set de sueños que tuve; un par de cartas, mi visión sobre el duelo de la vida cotidiana y varias listas interminables de nimiedades como "qué llevar en una valija".
 Mi cabeza escribe constantemente. Ramifica escenas de la vida real con una cuota de fantasía, reconecta historias y saca conclusiones. Y, si bien creo en escribir para uno, me encuentro en la ambigüedad de sospechar casi con certeza de que las palabras siempre nacen para resonar en un otro. 
 Dudé sobre si volver a este espacio en particular porque no tengo intención de resumir dos años o, mejor dicho: "6 cuadernos, (...) muchas servilletas, notas de celular (y) algunos Word´s". Definitivamente hay un gap entre la editora 2017 y la 2019.
 Pero mi algoritmo de YouTube fue sabio. Y; entre algunos videos de la pelea de los hermanos Nick y Aaron Carter, otros de Psicoanálisis y un par de episodios de LAM; me acercó una Biografia de 9 minutos de Anna Wintour, editora de Vogue.
 Salvando las distancias entre este Blog y Vogue, que la biografía de Anna apuntaba a un eje completamente diferente al que pienso recortar y que ahora mi algoritmo me trae cosas de Wintour en todas mis redes; lo que quiero rescatar es la capacidad de retomar y renovar espacios a lo largo del tiempo. Esta editora transformó revistas, recreándolas desde distintas ópticas en diferentes épocas.
 Y entonces dejo de pensar en gaps y pienso tres cosas. 1) Sí, Anna Wintour da miedo y mi lectura es que no se saca los anteojos porque entonces el mundo descubriría su falta de conexión emocional. 2) Qué tanto más fácil sería vestirse con el temor del 90% de los diseñadores que te mandan ropa a tu casa solo por aceptación social. 3) Empiezo a pensar en evoluciones.
 Sí, evoluciones. Porque, queridos lectores, la edición de este lugar definitivamente no fue la misma en el 2013, 2015 o 2017 y, probablemente, ustedes tampoco. ¿Y no es acaso eso lo mágico de la vida? ¿Qué diría de nosotros el que nada cambie de lugar?
 
 
V
Editora en Jefe.
 

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