lunes, 28 de noviembre de 2016

Respirar...

 Demasiado tiempo de micro y avión, terminales y aeropuertos, solo tapa ojeras y mi crema enjuague. Descubrí que puedo vivir con un carry on, mientras tenga tapa ojeras y mi enjuague. 
 Cien entrevistas, algunas sierras y una visita a Ricky Sarkany. Descubrí que puedo pensar con un carry on, es más fácil. Elegir es más fácil cuando uno es despojado. 
 Demasiado tiempo de micro y avión. Pensar también es más fácil cuando uno está despojado. Despojado de otras cosas para hacer. Porque, cuando estoy en plena acción y mi cabeza hace su magia, me descompagino. Como esa vez que tiré el celu a la basura e intenté tipear sobre un papel, o la vez que casi salgo en pantuflas. Y me pregunto por qué no me despojo más seguido, para solo concentrarme en lo que me pasa, respirar. 
 Respirar, para concentrarnos en lo que nos pasa, las noches duran más así, las ciudades son más grandes. 
 Solía pensar que esto era demasiado para mi. Respirar para solo centrarme en lo que me pasa. Y ahora siento que es necesario, librarme de vericuetos; respirar, con todo el significado que esto tiene. Oxigenarse, dejar entrar y dejar también ir. ¿Por qué no lo hacemos más seguido?
 "¿Qué es lo que te hace dar vueltas?". De alguna manera, me costó contestarlo. Dentro de mi impulsividad, las vueltas suelen ser muy cortas. Puedo escanear un HyM de tres pisos en 17 minutos, elegir los gustos de helado en  menos de 20 segundos y suelo encontrar palabras lindas para ser frontal con lo que pienso...mientras pueda neutralizar lo que siento. 
 Pero de alguna manera me encuentro dando vueltas. Porque la vida es así, irónica. Vueltas en la cama, vueltas en mi casa, vueltas en lo que escribo; como una calesita. Vueltas a un mechón de pelo, vueltas a una lapicera, al extremo de mi vestido, a mi celular; como un trompo. 
 Tal vez doy vueltas para respirar, y centrarme en lo que me pasa. Todos tenemos alguna vuelta más, alguna vuelta menos. 
 Me pregunto entonces si no será que damos vueltas ahí donde algo nos da miedo. Esa cita que mi amiga no termina de aceptar, ese pantalón que no te probás porque ya no sabés si te entra, ese pasaje que no te animás a sacar, esa campera que no te atrevés a regalar, ese corte carré que no sabés si probar, ese mensaje que preferís no mandar, esa mascota que nunca vas a adoptar, ese tatuaje que tal vez nunca te hagas. Ese lugar donde hay algo que no podés controlar; una reacción, un resultado. Respirar. 
 Y me doy cuenta, mientras respiro y destrono la palabra nunca, que estoy dando vueltas. Característico de mi, vivir sin GPS y hacer algunas cuadras de más.
 Nunca la noche duró tanto y nunca fue tan grande la ciudad; como cuando uno da vueltas. Me pregunto qué esperamos para respirar y ser más fieles a lo queremos probar, decir, hacer. Respirar para dar lugar a la acción que atempere la adrenalina de esa intención suspendida en el tiempo. Dejar de levantarnos pensando que hoy es el día, para acostarnos con los mismos pensamientos. 
 Nunca me perdí, como me perdí en esta pregunta. En esas preguntas que no podemos contestar, porque nos hacen pensar. Respirar, por ahí es ahí donde todos damos vueltas. Respirar y respirar, para tener menos miedo y no dar tantas vueltas. Para que no sea demasiado para mi, necesito respirar...para ser más valiente y dejar de tirar cosas importantes a la basura. Para despojarnos de lo que nos asusta y animarse, hay que respirar. Para que; del otro lado, en el camino y lo que sea que resulte, esto no sea demasiado para mi. Respirar. 
 Tal vez esa era la respuesta, respirar y dejar salir. Con lo que, "respirar", significa para mi. 







No hay comentarios:

Publicar un comentario

Jaque al Rey...

            Hace tiempo empecé a experimentar una sensación. De esas que nacen del medio del esternón y te contraen como si fueras a echar...