martes, 6 de mayo de 2014

Ahora mi destino soy yo.

 Hace un año empezaba mi Blog preguntándome qué pensaba un hombre y llenando esos vacíos con teorías sobre el sistema de audio.    Supongo que en realidad empezaba con una proyección de mis propias dudas. Y es que preguntarme lo que pensaba el otro, era una forma de no indagar en lo que pensaba yo.
 Y pasé todas las etapas de un duelo un tanto ciclotímico que se erguía sobre los resúmenes de mis tarjetas de crédito y un par de revistas paparazzi, una canción de Shakira en repeat y la guerra abierta de los cueritos del baño contra mi persona. Mi psicóloga opinó en su momento que era la negación de la angustia, yo prefiero pensar que fue el piloto automático de la autoconservación.
 Y es que no creo entender a Lacan, porque justamente no entiendo el vacío de la angustia. A veces me pregunto por qué tenemos la necesidad de elaborar las pérdidas que nosotros mismos elegimos. Pero, siendo ejemplo en carne propia del bajo éxito de Jazmin Chebar en los cierres de historias, lo acepto. Acepto que hay que elaborar, para poder seguir.  
 Me cuesta no proyectar intentos reparatorios en historias ajenas. A veces deseo que para los demás nada termine, porque puedo identificarme con ese lugar donde perdemos parte de nuestra identidad. Es ese deseo femenino de que las relaciones ajenas funcionen. Porque si Carrie y Big pueden estar juntos, todos los demás podemos solucionar nuestros problemas románticos.
 Pero no es verdad. A veces las cosas tienen que terminar. Los auges se acaban, como las vinchas de flores o el color block. 
 Tengo que aprender a tolerar los finales ajenos. Esa es mi lección de Mayo 2014.
 Mi lección 2013 fue aprender a no ser taxativa. A  veces no hay "si" o "no", hay "depende" o "puede ser". Y sí, si medís 2 metros por ahí puedas lograr que unos pescadores sean fashion. O puede ser que exista alguien en el mundo que pueda salir agraciada del uso de musculosas manga "camionero".
 Lo bueno de pensar no taxativamente, es que uno empieza a ver nuevos panoramas. Y cuando las historias ajenas acaban; podemos pensar que hay solución, que es temporal, o que es mejor. Pero, por sobre todo, podemos saber que nunca es todo o nada. 
 Veo las cosas desde afuera. Si lloro, lloro por mí, porque se me cayó la banda ancha. Si compro, compro por mi, porque nunca voy a tener suficientes sweaters. Si cambio las cosas de lugar, lo hago por mí, porque me aburro rápido. 
 El mundo necesita gente que vea las situaciones desde afuera. Es una etapa transicional de sabiduría ajena al amor, donde uno funciona como Yoda de la gente que recién entra en el proceso de "breaking up is hard to do". Funciona como una especie de círculo de AA (alcohólicos anónimos), donde los recuperados apadrinan a los nuevos del grupo...pero sin alcohol (bueno, sin  consumo compulsivo), con algunas cajas de milka y un conocimiento exhaustivo de los días de descuento de los bancos.
 Es una etapa transicional donde uno se da cuenta de que el otro a veces es una escala en el mapa. 
 Y mientras acompaño otras caídas, pienso en este nuevo rumbo que tengo y me alegro porque "ahora mi destino soy yo". Aunque..."ahora", llevó un año.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Jaque al Rey...

            Hace tiempo empecé a experimentar una sensación. De esas que nacen del medio del esternón y te contraen como si fueras a echar...