viernes, 9 de mayo de 2014

Don´t go wasting your emotions.

 Creo que finalmente lo logré. Superé a Reik. Mis amigas van a estar felices, hasta que descubran que lo único que hice fue cambiar a esta boy band por Abba.
 Y mientras limpio mi corriente sanguínea de la cerveza de las 8 de la tarde, contemplo una montaña de ropa que logró acumularse muy a mi pesar en esta semana eterna y escucho hits de antaño.
 De lunes a viernes no conté cinco días, conté años luz. Empiezo a pensar que los fines de semana excesivamente largos tendrían que estar acompañados de un período de adaptación a la rutina.  Hablo de algo así como una vuelta a la realidad paulatina. Se me ocurre que una buena solución sería un lunes part time, un miércoles libre, o recesos de varios días eternos (Como verano del 98).
 Porque pasar de cuatro días de ocio a cinco días de trabajo intenso es algo así como una tortura. Es casi imposible acordarse las claves de los sistemas, cuando apenas si te acordás tu nombre o cómo atarte los cordones. 
 Los findes largos son regresivos. Regresamos a esa época donde nuestra única preocupación era el plan de la noche o que hubiera snacks en la alacena. Regresamos al pijama hasta las 12 pm, a poder ver "Intrusos" o escuchar "Da para darse".  Y yo, regreso a Abba.
 En este momento particular, Abba para mí canaliza varias aristas de la actualidad. Para poder conectar con la idea, tienen que dejar de lado las coreografías espásticas y la clara tendencia swinger de este grupo. Porque estos suecos, suizos, amish, o lo que sea que sean; logran canalizar puntos claves de lo cotidiano.
 Sí, una vez más hablamos de "crushes". Hablamos de esa necesidad que tenemos cuando conocemos a alguien que capta nuestra atención de que el otro deposite todo en uno.
 En este punto particular del trayecto me gustaría centrarme en el inicio del enamoramiento. ¿Por qué? Porque es un momento crucial de cualquier tipo de panorama futuro, y porque las mujeres solemos cometer algunos errores estadísticamente comprobados (Tomé una muestra representativa del género para mis estudios, promised).
 Entonces, esta es la situación: Conocen a un chico + les gusta = CRUSH. Y es en este instante donde entra Abba. Es en esa sensación de ansiedad avasalladora que hace que sientan la necesidad de que esta nueva, llamésmola "meta", se materialice.
 ¿Entonces? Cometemos el primer error. En nuestra cabeza suenan remix de canciones de autonomía o girl power y usamos todo lo que tenemos de entrada. Nuestro mejor pantalón, nuestra mejor batida de pestañas y nuestras frases más inteligentes. 
 Pero ¿saben qué? Lamento ser reiterativa, pero esta estrategia es otra falla de fábrica que trae la generación Disney consigo. Porque les recuerdo que la entrada triunfal de Cenicienta termina con una calabaza rota, tres ratones y harapos.
 El resto de los errores son deformaciones del primero que me gusta llamar "La entrada triunfal". Involucran stalkeo, hacerse las que saben de fútbol y son del mismo cuadro que él, fingir que comparten gustos musicales, religión o ideologías políticas. Abarcan encuentros "casuales" en los lugares frecuentes de sus crushes, creer que pueden entender Platón o mensajes de whatsapp sin sentido. También pretender que es lógico y natural estrenar una remera cada vez que lo ven, dejar de usar tacos porque es más bajo y reírse de CADA UNO de sus chistes (nadie es tan gracioso).
 Y no me malinterpreten. No se trata de no tomar control o ser pasivas. Porque en el 2014 todos sabemos que el tiempo, sin ser plata, es valioso. 
 Se trata de lograr aminorar la ansiedad, para poder captar al otro desde un lugar menos omnipresente. Se trata de no fundirse en Zara, de aceptar que a veces tu pelo no va a estar perfecto y que no vas a tener tiempo de batir incesantemente las pestañas. Se trata de aceptar que él tampoco es lindo todos los días, que algunos o muchos de sus chistes pueden llegar a ser mediocres y no nació con tu don de combinar estampados y colores.
 Porque si logran aminorar la ansiedad y centrarse en ustedes mismas, aceptar que a veces les puede salir un orzuelo y que usar tacos es un derecho aún cuando haya hombres que queden más bajos que ustedes; entonces van a haber vencido los errores científicamente comprobados en mi estudio de casos.  
 Y es que si algo aprendí es a no desperdiciar mis emociones y no repetir errores. No sé si fueron las horas de escuchar Abba en mi adolescencia, o el arduo trabajo de campo con mis amigas; pero sé que no hay que confundir la atracción con devoción.
 "Don´t go wasting your emotions, lay all your love on me". 


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