domingo, 20 de marzo de 2016

The best you never had.



 "Karma: Generalmente el karma se interpreta como una «ley» cósmica de retribución, o de causa y efecto". Gracias Wikipedia. 
 Estuve todo el día pensando en el karma. En el imaginario social; suele relacionarse con recibir lo que damos, como si todo volviera. Lo cual implica que estoy condenada porque, si el contador empezó a correr en sala verde cuando rechacé el bon o bon de ese chico, o en séptimo grado cuando rompí la carta de aquél otro en su cara; nada bueno está en camino.
 ¿Funciona así? ¿Tiene razón Justin Timberlake? ¿Lo que va, vuelve? Porque quiero dejar asentado que de mi parte fueron muchos tapados a caridad, y nada de eso volvió todavía. 
 Estuve un rato largo sentada, preguntándome si fui, o no, rechazada sutilmente por alguien. Estuve un rato largo sentada, solo para darme cuenta de que estoy en un ciclo sin fin. ¿Por qué? Porque hace semanas que yo rechazo sutilmente a alguien más. ¿Es esto el karma?
 Empecé la semana armonizada, pudiendo ponerle un freno a una situación que me controlaba. Coraje, texto, paz, almohada. Libre de pensamientos y dispuesta a dormir, mi celular nuevo lanzó un sonido desconocido para mi. Era el sonido del pasado, de un mensaje que llegó algunos meses tarde. No lo contesté y simplemente me dormí pensando que mis caminos tendrían que tener un cartel advirtiendo a los neuróticos del planeta que yo "Los lunes voy a terapia". 
 Entonces; alguien no me contesta a mi, yo no le contesto a alguien más y evado a otro. ¿Es eso el karma? ¿Se me destiñó mi remera preferida por criticar el sweater de llama del chico hippie? ¿Dormí mal toda la semana por desearle insomnio a alguien más? ¿Me salió un granito por desear el pelo de Jennifer Lopez?
 Y entramos en el círculo del karma. No me encanté hace dos años, y me intrigo hoy. Desapareciste hace cuatro meses, y resucitás un lunes a la 1 AM. Me buscaste por un mes, y de repente somos amigos virtuales. Te escribo los domingos, y no puedo decirte que sí a ninguna salida ningún día. Solo falta que me invite a salir mi amor imposible de los 17 años para realmente creer que, esto, es el karma. 
 ¿Es karma o desencuentros? ¿Apretamos pausa porque todos estamos en duda sobre si el círculo va a caer donde esperamos? ¿Es karma o indecisión? ¿Nos retrasamos porque lo complicado es más fácil?
 Y en el postergar, nos perdemos de saber si esto es lo mejor que podríamos tener. Nos sometemos emocionalmente a esta regla cósmica de las vueltas de la vida. 
 Así es como un lunes a la 1 AM, después de intentar resolver una no historia ya de por sí bastante compleja, tengo que escuchar a mi celular disparar un agudo del pasado. Y esperando abrir una Sale Alert de Hunter rojas, encontrarme con una declaración de madrugada de alguien que llega algo tarde a escena. 
 ¿Así funciona el karma? ¿Como historias que se desenvuelven en temporalidades paralelas? Y saturada de estímulos por un día, me río y apago mi celular. Lo apago por esas decisiones que llegan muy tarde, por esos mensajes que son tan poco claros y porque, ni siquiera, se trata de venganza. Se trata de no hacernos sentir mal, cuando sabemos que esto podría ser lo mejor que nunca tuvimos. Se trata de que simplemente ya no me importa contestar. 
 Y me pregunto si el karma va a actuar también en esta historia que me ocupa. Si alguien más va a darse cuenta de que, tal vez, somos lo mejor que nunca vamos a tener, por retrasarnos. ¿No los pone tristes? Nos dejamos pasar, nos marcamos, sin saber si somos lo mejor que nunca vamos a tener. Y empiezo a preguntarme, si vamos a vivir para lamentarlo.
  Tal vez, ni siquiera se trata de karma. Por ahí es simplemente aceptar que no somos causa del efecto que buscamos, en el momento que lo queremos.




1 comentario:

  1. En media hora será lunes a la 1 am. Yo que vos apago el celu y a otra cosa marisopa.

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