jueves, 15 de agosto de 2013

You call me up at 3 AM again.

 La situación es complicada cuando un jueves a la noche en vez de estar lista para un after, estás lista para dormir. Comer a las 8 PM es una mala decisión cuando no consideras las horas que quedan hasta las 12 PM que es cuando tu reloj biológico te deja siquiera considerar conciliar el sueño.
 "No dijo boludeces". Las frases por las que pago los viernes me persiguen en la semana. Y si no dijo boludeces, ¿qué dijo? Es increíble como de afuera las cosas se leen mejor. Como cuando una amiga sobrecarga su outfit, y una que está más separada de la decisión puede ver con claridad que usar vincha, pulsera, anillo Y collar es ir demasiado lejos.
 Quiero mandar un mensaje pero no con texto, sino con lo que siento. Qué raro que la tecnología no haya llegado ahí. Sería una mezcla de desamor, tristeza, pizca de optimismo, contractura y un tenedor que se clava en la mano derecha. En cambio cuando trato de traducirlo se me ocurre esto: 1."Hola". 2. "¿En qué pensás?". 3."Le hice un vudú a Boca". 4."Te extraño". 5."(Vacío existencial)".
 Odio cuando digo lo que quiero hacer y me dan el panorama de mis opciones. Un panorama seguido de un "vos hacé lo que quieras". Pero lo que quiero va seguido del castigo de Voldemort y toda la oscuridad de Mordor cayendo sobre mí.
 Y en tantas otras circunstancias yo sería la que da el panorama y desde afuera todo se vería tan claro. Pero lo que pienso está disociado de lo que siento. 
 Si mis sentimientos supieran escribir, estaría perdida. Lamentablemente para ellos, necesitan el procesamiento de mi cerebro que parece ser el único que conserva una pizca de razón. Bah, no sé si es razón o cansancio de lidiar su batalla obsesiva sobre el mismo tema desde hace más de 1440 horas.
 Mis auriculares pasaron por una tormenta fucsia que incluyó Taylo Swift, Reik, Mariah Carey, JB, JT, Thalia y hasta Belinda. En la calma llegué a Maroon 5 y un chocolate tamaño familiar de Nestlé.
 Últimamente las únicas llamadas que recibo son de Julio de telefónica, que quiere ofrecerme el servicio de internet. Y como ya agoté todos los oídos, vivo tentada de contarle esta historia. Porque sé que Julio me diría que haga lo que sienta, me diría lo que sea con tal de que compre el paquete de WIFI y Dios sabe qué más.
 Por ahí podría hacer un role play con Julio. Me pregunto si eso ayudaría. Él es alguien más, yo soy yo; son las 3 AM y las cosas se dan distinto.
 ¿Pero y si J me dice "Vos hacé lo que quieras"?. Le diría que no puedo. No puedo, porque los demás hacen lo que no quiero y porque, APARENTEMENTE, soy más histérica que obsesiva.

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