viernes, 30 de agosto de 2013

I´ll be wearing these scars for everyone to see...

 Comiendo gelatina y haciéndome un baño de crema, así empieza mi viernes. Y no, no es un shot de vodka jelly. Podría serlo, si no fuera porque mi alacena pide a gritos que visite el super y lo único que queda en mi freezer son 4 bocaditos de pescado.
 Esta semana me dijeron que una marca que me acompaña hace poco posiblemente no se vaya más. "¿Crees que va a desaparecer?", le pregunté a mi Doctor. Y con la honestidad bruta que me regala en los 10 minutos que me presta cada 15 días me respondió: "Yo creo que no".
 Y, aunque lloré cuando la descubrí, esta vez me reí. Me reí porque mi médico es un maldito, pero en su clara falta de empatía me regaló una verdad. "¿Sabés las marcas que vas a tener a lo largo de la vida? Esta es una más, te vas a acostumbrar".
 Entonces me reí, cerré los ojos y respiré mientras aguantaba el dolor de microsegundos de su tratamiento que, aparentemente, va camino a la nada. Me reí porque esta temporada están de moda las vinchas y porque en realidad ya me acostumbré. Me reí porque quedan 6 semanas, porque sé  exactamente con la llegada de qué correo mi mente me marcó y porque en el fondo pienso que esta marca pronto va a dejar de necesitar un correlato físico que me recuerde que algo falta.
 La mente humana no deja de sorprenderme. Me sorprende cómo todo encuentra una forma de hacerse ver e invitarnos a pensar. Es como si lo que ignoramos se abriera camino y nos dijera "Estoy acá, ¿por qué no me das bola?".
 Me río. En estos meses aprendí a acostumbrarme a cosas peores. Y después de acostumbrarme, las reinventé. ¿Se trata de eso la vida? ¿De reordenarse alrededor de marcas de lo que va cayendo?
 Algunas personas ven solo los efectos de lo que uno es. No pueden ver las marcas atrás de lo que creen de uno. Peor aún, no pueden ver atrás de la cicatriz. 
 Pienso que estamos hechos de marcas. Significantes que nos hacen y que llevamos con nosotros. Me pregunto cómo se borra una marca (O un par); pero en el fondo sé que no se trata de borrarlas, se trata de conocerlas.
 "Todo el mundo tiene cicatrices, te vas a acostumbrar". Supongo que es verdad. Todos estamos marcados, algunos lo muestran, otros lo tapan con su placard, con vinchas; algunos con comida, otros sin comida. 
 El mundo es un desfile de consecuencias; son historias y no sufro por eso. Y, aunque no padezco, creo que tendría que haber clavado ese tenedor en la mano de alguien más cuando tuve la oportunidad, dejar mi firma en el otro también.
 Desfilan "marcas", y no estoy en el BAF Week. Supongo que mi gusto por la moda, no es tan literal como pensaban. Va más allá de Kosiuko, Ayres y Jazmin.

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