miércoles, 10 de julio de 2013

Es tan fácil volverse loco...

 La lluvia no tendría que existir, el mundo tendría que hidratarse de otra forma. Siento que culturalmente nos des-preparamos para la lluvia. 
 Cuando era chica en días como estos no iba al colegio; tampoco iba a la facultad, salvo que hubiera parcial. Me costó mucho crecer a la altura de las responsabilidades que no dan día libre en fechas lluviosas.
 Siento que los días de lluvia desestabilizan el mundo. Siento que la lluvia juega con nuestras cabezas. Por ejemplo el viernes. Claramente había humedad en el aire, a tal punto de que la piel se mojaba, pero no había gotas visibles de nubes decantando. Todos nos mirábamos esperando que el primero abriera el paraguas, pero a la vez nos preguntábamos internamente si había empezado algún tipo de locura colectiva. ¿No llovía? Claramente llovía sin caer agua.
 En las películas nunca faltan las escenas románticas de besos bajo la lluvia. Lo que les falta a esas escenas es la imagen del mundo alrededor poco preparado para el uso de paraguas.
 Hoy casi pierdo los dos ojos y una costilla por gente que abre el paraguas y no lo sabe usar. Esa gente que va por abajo de los techitos o que se esconde abajo de ese manto protector como si fuera un hongo que los aísla del mundo circundante.
 Pero el viernes llovía sin llover. Y yo me alegré. Me alegré de que hubiera una realidad tangible a la cual atribuirle la sensación de locura que surge de las incongruencias que uno experimenta. Poder poner en palabras algo, sublimando en una analogía real lo que uno siente. Llueve, sin llover.
 Cuento los minutos para el viernes a las 20 Hs. Me pregunto cómo quiero presentarme a mí misma. ¿Jeans rotos y maxi sweater con suecos o intento de outfit formal chic? ¿Pelo suelto, vincha o colita de caballo tirante?
Me pregunto qué decirle a una persona que dice querer conocerme. Lo que quiero hacer es saltar en el diván y ahorrarme 21 años de historia, prestarle mi cabeza para que reordene las partes y dormir la siesta. Algo así como ese caldero donde Dumbledore se saca los pensamientos en Harry Potter. 
 Bueno, eso es imposible. Aparentemente el camino de la terapia tiene que ver con un Sujeto que se hace cargo de lo que le pasa, una participación responsable en lo propio. Entonces pensé algunas frases: "Estoy tocando fondo", "No veo gente muerta, pero creo que después del chico de 6° sentido soy la persona que más necesita esta sesión hoy", "No me entra más ropa en el placard", "Me paso del borde cuando me pinto las uñas", "Llegué al punto donde escucho canciones de Kalimba y Justin Bieber".
 Cuando alguien te dice: "Quiero conocerte y saber qué te pasa", es una frase tan amplia que uno termina exhausto cuando termina de darle la primera vuelta. 
 Pero a la vez, cuando alguien te quiere conocer; apunta a que quiere saber cómo uno está implicado en su propia vida. Porque honestamente en este camino hice muchas preguntas al vacío, y ahora voy a exponerme a las preguntas que tendría que haberme estado haciendo a mi misma.
 Llueve, y atrás del frizz de mi pelo siento regocijo. Porque puedo echarle la culpa a la lluvia de un par de cosas que me molestan. De todas formas no voy a negar que este día sería mucho mejor con un par de Hunter...Así que para sobrevivir hasta el viernes, voy a ir por ese upgrade del rainy day.
 Llovió sin llover, como cuando otro está sin estar. Es muy fácil volverse loco así.

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