jueves, 4 de julio de 2013

Like it or leave it.

 Shame on me, estuve haciendo un poco de research y me lo guardé en el cajón.
 Resulta que no puedo odiar a los hombres; primero porque son lindos, segundo porque se necesitó uno para crearme y tercero porque algunos son mis amigos.
 Entonces estuve en pleno trabajo de campo y desprendida totalmente de mi análisis, el horóscopo y mis prejuicios; me dediqué a escuchar sus historias y sus opiniones/sugerencias/dedo en la llaga.
 Empiezo a preguntarme si son realmente tan simples como la Cosmo nos hizo creer. Por otro lado me pregunto si mis hamsters experimentales serán muestra poco representativa de la mente masculina, porque honestamente sus declaraciones me sorprendieron un poco. Bueno, algunas.
 Escuchar a uno era como escuchar a Alejandro Sanz deshojando una margarita. "Sí, no, sí, no". Escuchar al otro era como escuchar...bueno,  lo mismo: Alejandro Sanz deshojando otra margarita.
 Mi paciencia no es gratis desde que la Luna entró no sé en qué estación según mi horóscopo. Así que hice lo que me sale (Por una vez en la vida me tocaba a mí): Confronté. Y es que es "Sí" o es "No". Y lo que está en la mitad, es "No".
 No saben si las quieren, o saben que las quieren pero se quieren ir. Saben que no las quieren, pero no se pueden ir. Exhausting. Y extraño a la vez, como un unipersonal que se despliega en sus cabezas. Tal vez ellas sienten lo mismo, ¿tal vez se quieren ir? Las historias no pueden desplegarse de a uno.
 Tengo miedo de que esta sea la generación que confunde el compromiso con el miedo. Aferrarse a algo, por miedo a elegir; es perder. Es contradictorio, porque elegir siempre implica perder algo. Pero no elegir implica perder todo.
 No soy defensora de pobres e inocentes, de hecho creo que en otro contexto y en otra historia sería más bully que otra cosa. Pero creo que pasarse la vida deshojando margaritas y tener a otro expectante, es injusto. Más injusto todavía cuando el otro no sabe que hay flores amarillas feas en juego.
 Entonces me dí cuenta de algo. En realidad, me di cuenta de varias cosas. Primero de que los hombres no son tan simples como parecían, es mentira que piensan en el sistema de audio, tienen su propio ovillo de ideas confusionales. Segundo, qué bueno que no soy hombre. Tercero, prefiero que mi reloj haya sonado a las 3 AM antes que tener un deshojador de margaritas usurpando mi placard.
 No quiero hacer quedar mal al sexo opuesto. Simplemente quiero recordarles que la histeria masculina también existe, Lacan podrá haber dicho que era difícil de encontrar, pero él era hombre. What does he know? Este es el 2013, existe y beware.
 Sea como sea, no soy partidaria de la guerra de géneros. Empiezo a ser partidaria de la desdramatización de estas situaciones. Y eso empieza con un "Sí" o con un "No", con una elección. Y es que después de todo si los gatos tienen 9 vidas, los neuróticos debemos tener por lo menos 110.

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