sábado, 7 de junio de 2014

Show me your colors...

 Últimamente estoy pensando en los colores. Eso es en lo que pienso cuando conozco gente nueva, en sus colores. Cuando me hablan y no los entiendo, me pregunto de dónde viene eso que no capto.
 Empiezo a preguntarme hasta qué punto llega la introspección, y mi gran incógnita es cómo se puede transitar el mundo sin pasar por adentro de uno. 
 Y es que cuando veo a alguien con quién no hablé, y desde el primer momento me cae mal, me cuestiono qué es lo que esa persona está generando en mi. Y cuando me cuestiono, llego a ese patrón que llamamos estructura. Me hace acordar cosas, usa el perfume de alguien más o tiene ese tono de voz que solía irritarme. ¿Es posible llegar siquiera a maquillar las estructuras? ¿O las marcas del pasado generan diferencias irreconciliables con gente que nada tiene que ver con eso?
 Cuando las historias caen por su propio peso, yo entro en introspección. Y sí, mi psicóloga tiene razón, me enojo. Pero no me enojo porque el otro no pueda ser lo que yo quiero, me enojo por la estructura de la situación. Y me pregunto, ¿soy yo? Porque yo soy la única persona de la historia que sigue conmigo. ¿Pensaron eso? Son la única persona en su vida que van a tener que ver toda su vida. 
 Somos como una caja de crayones. Yo los odiaba de chica, nunca entendí por qué Trabi tenía que poner dos tonos de marrones. Nadie quiere usar el marrón, mucho menos dos tonos. ¿Para qué sirve el amarillo? No entendía por qué no podían venir todos los tonos en rosa, verde agua y dorado. Y al final del año, solo quedaban los marrones y el negro íntegros.
 Somos como una caja de crayones. Algunos, los lindos, los usamos más y todo el tiempo. Son los que queremos que el otro vea, los que capturan la atención y cautivan al expectador. Los feos los guardamos en el fondo de la caja, hasta que se generan situaciones donde inevitablemente tienen que salir a la luz. Tenés que dibujar un árbol y necesitás el marrón. 
 Odio el marrón. Lo odio como color y lo odio como palabra. La tendencia a alivianarlo y crear un color alternativo que se llama "suela" salvó mi vida. Pero el marrón es parte de la caja de colores, y hay que verlo en la introspección de esta estructura.
 ¿Son mis colores? ¿Es la historia o somos nosotros? Eso es lo que me sigo preguntando. Porque si es la historia, hay alguien más que pueda hacer que la vida sea como una caja de crayones pastel. Pero, si somos nosotros, entonces esta es una modalidad de vinculación que se va a replicar en todas las películas venideras.
 Ese color de crayón que no nos gusta está en la caja. Suelo ser muy honesta con mis colores, porque creo que es la única forma de vencer algo de esta estructura mental. Estos son mis verdaderos colores...tengo más ropa de la que puedo usar, me cuesta un poco dejar las cosas atrás, hago muchas preguntas y me llama la atención lo que no puedo explicar. Siempre pido los mismos gustos de helado y solamente tengo una caja de cereales sin azúcar en mi alacena. Me gustaría adoptar a todos los abuelos del mundo y me enojo cuando llueve. No tolero a la gente que come sin respirar y no puedo masticar frutillas o tomate. Canto cuando me baño y me peino antes de dormir. Creo que mi vida es un musical y vi más de 10 veces "The devil wears Prada". Sueño con escuchar a las ballenas cantar como me contó una vez mi papá y nunca lloro en público. No me sé hacer las uñas sola y creo que odio a las tortugas. Cuando me enojo no hablo y si alguien construye un castillo de cartas tengo que luchar contra mi deseo interior de tirarlo. 
 Me pregunto qué tantas cosas pueden haber cambiado en un año, porque ahora me gusta el fernet y como sushi, no barro mi departamento todos los días y aprendí a usar pagomiscuentas. Y es que tal vez, en la medida que el tiempo pase, más colores míos conozca...y más extraños seamos. Pero si conozco mis colores y entiendo cómo dibujo, entiendo cómo seguir.
 Y ojalá entendiera los colores de los demás, en vez de tener que leerlos entre líneas. Ojalá fuera psíquica, en vez de psicóloga. O, mejor aún, ojalá todos vinieramos con nuestra paleta de colores adjunta para que el otro lea. Ojalá fuéramos más claros.
 Necesitaría que alguien me muestre sus colores, porque me siento hechizada por lo que no puedo ver. "Show me your colors...Don´t break the spell I´m in, please don´t break my heart. Tell me who you really are".

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