El año que vino Britney Spears a Argentina y cumplió mi sueño de quinceañera (Aunque ya con 26 años), lo único que pensaba cuando llegué a La Plata era: Brit está respirando el mismo aire que yo, bendito el aire.
Ayer cuando pisé mi home town y miré el pueblo desde el balcón de una amiga, lo único que atiné a pensar fue: Qué cerca y qué lejos estamos. Y el auto se transformó en un arma mortal que, si no tuviera tanta fuerza de voluntad, me habría convertido en una acechadora de su vereda.
Quiero pensar que estamos lejos, porque estoy cerca de otras cosas. Y, entre esas cosas, está el "prebo" del que les hablé. Entonces espero el Sábado con estas cuatro opciones: "Chupin negro+ remera peplum bordo", "Chupin rojo+remera peplum negra", "Pollera negra+remera peplum dorada", "Vestido plateado corto (No es tan up como parece)". Todos los combos acompañados de tacos y accesorios negros. ¿Opiniones?.
El Sábado tuve consejos de algunas treintañeras por demás cancheras y con mucha experiencia. Una me dijo que el proceso era difícil, pero con el tiempo valía la pena. Otra agregó que lo difícil es reencontrarse con uno mismo, porque en las relaciones uno se identifica con el otro y eso deja marcas.
Y entonces me hizo pensar en lo que Freud decía de las elecciones de objeto. Y como, cuando el objeto se pierde, nos deja una marca. Y esa marca es una identificación con eso que ya no está.
Tal vez por eso la fugazza acompañada de Boca, o esta sensación de que a mi rutina le falta algo.
Pero el enamoramiento también supone una idealización. Y en esa caída estoy. En la barranca donde la declinación de los sentimientos, hace que aflore lo que no era perfecto y una pueda ver lo que faltaba.
Hace muchos años, y en otra historia, estaba en un momento "Shakira". "Si te vas no vuelvas nunca más". Y en esa relación tóxica de idas y venidas; un día cuando volvió le pregunté: ¿Por qué tardaste tanto?. Y X me dijo: "Porque me dijiste que esa era la última vez que me dejabas volver".
Perdoname Shaki si te cuestioné, shame on me. Pero es hora de que nuestro género deje ir esa canción y sostenga lo que dice. "Pedazo de cuero no vuelvas nunca más, ya no estaré aquí".
El Sábado tuve consejos de algunas treintañeras por demás cancheras y con mucha experiencia. Una me dijo que el proceso era difícil, pero con el tiempo valía la pena. Otra agregó que lo difícil es reencontrarse con uno mismo, porque en las relaciones uno se identifica con el otro y eso deja marcas.
Y entonces me hizo pensar en lo que Freud decía de las elecciones de objeto. Y como, cuando el objeto se pierde, nos deja una marca. Y esa marca es una identificación con eso que ya no está.
Tal vez por eso la fugazza acompañada de Boca, o esta sensación de que a mi rutina le falta algo.
Pero el enamoramiento también supone una idealización. Y en esa caída estoy. En la barranca donde la declinación de los sentimientos, hace que aflore lo que no era perfecto y una pueda ver lo que faltaba.
Hace muchos años, y en otra historia, estaba en un momento "Shakira". "Si te vas no vuelvas nunca más". Y en esa relación tóxica de idas y venidas; un día cuando volvió le pregunté: ¿Por qué tardaste tanto?. Y X me dijo: "Porque me dijiste que esa era la última vez que me dejabas volver".
Perdoname Shaki si te cuestioné, shame on me. Pero es hora de que nuestro género deje ir esa canción y sostenga lo que dice. "Pedazo de cuero no vuelvas nunca más, ya no estaré aquí".
VICKY PONETE CHUPIN NEGRO + PEPLUM BORDO!!!!!!!
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